Las 80 empresas del polígono III de Moncada volverán a implantar un
sistema de seguridad privada tras prescindir del mismo por la crisis en
el mes de febrero. Desde entonces, la falta de vigilantes les ha salido
cara. Cuatro asaltos, uno de ellos con siete butrones en una misma
empresa, les han convencido de que la seguridad privada, hoy en día,
resulta prácticamente imprescindible.
«Estamos contactando con todas
las empresas de nuevo para implantar otra vez la vigilancia. Muchas
habían dejado de pagar las cuotas por la crisis, porque un gasto así es
muy elevado, pero al final resulta necesario», explican desde la
Asociación de Empresarios Moncada y Alfara (Aemon).
La empresa Julián
Mínguez S.L. fue objeto en marzo, pocos días después de eliminarse el
servicio, de siete butrones, todos ellos hechos en una misma noche. «El
destrozo que nos hicieron fue impresionante. Entraron por el techo del
comedor para evitar los sensores de la alarma, hicieron un agujero hacia
el vestuario, luego se deslizaron por la pared hasta el baño y luego al
almacén. Tuvieron tiempo hasta de abrirse unas latas en la cocina y
tomarse algo», explican fuentes de la empresa.
Sin distinción
Esto
es lo que sucede en polígonos sin vigilancia pero tampoco se libran los
que la tienen las 24 horas del día. «Están entrando en todos, lo que
nos da una idea de la situación que atraviesan los que no pueden
costearse este servicio. Estamos en contacto permanente con la policía y
la Guardia Civil y la vigilancia se refuerza pero la oleada de robos y
hurtos, lejos de disminuir, está aumentando en el área metropolitana»,
recalcan desde la Federación de Parques Empresariales de la Comunidad
Valenciana (Fepeval).
Macro polígonos con vigilancia privada las 24
horas, los 365 días del año, están dentro del club de los agraviados.
«Se llevan trapas de alcantarilla, imbornales (el otro día los
vigilantes interceptaron una furgoneta que llevaba una docena), roban
las hornacinas de conexión eléctrica en las vallas y hasta tomas de
tierra, con el peligro que eso supone para el que la sustrae,
lógicamente, y para los empleados que trabajan sin saber que ya no la
tienen», aseveran desde la Asociación de Empresas del Polígono
Industrial Fuente del Jarro (Asivalco).
Los negocios de la zona han
visto, incluso, cómo ladrones disfrazados de operarios se dedican a
hacer de las suyas en las instalaciones a plena luz del día. «Ha habido
casos de personas que van en furgoneta con una radial serrando andamios
metálicos y todo lo que pueden», cuenta un afectado.
Normalmente, el
material que se llevan para vender en las chatarrerías sólo les aporta
unos cuantos euros, mientras los gastos de reparación y reposición que
deben asumir las empresas es «un dispendio muy importante y más en estos
tiempos de crisis».
Desde el pasado 13 de marzo los empresarios de
Fuente del Jarro han denunciado un total de cinco incidentes. El
problema de contratar un servicio de vigilancia privado es el coste.
«Muchas entidades gestoras de los parques empresariales no pueden
disponer de un servicio de vigilancia por su elevado gasto mensual pero
estamos llegando a un punto en que no se trata ya de evitar robos, que
también, sino de velar por el mantenimiento y conservación de las
propias infraestructuras», destacan.
Y es que la colaboración de los
propietarios de las empresas con las fuerzas de seguridad es «siempre
una constante y se ha reforzado la vigilancia, es cierto, pero a veces
eso no es suficiente».
En el polígono III de Moncada, además de
organizarse para reimplantar en breve la vigilancia privada, se han
'blindado' con el cierre de caminos rurales que permitían acceder a las
zonas industriales. «El Ayuntamiento ha cerrado estas entradas
irregulares que dificultaban el control y suponían un punto negro en
seguridad», recalcan desde Aemon. Pero, como más vale prevenir que
lamentar, ya se trabaja para instalar, lo antes posible, una caseta de
vigilancia.
FUENTE: http://www.lasprovincias.es/v/20120503/valencia/ladrones-disfrazados-operarios-butroneros-20120503.html
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