Comienza el juicio contra los siete imputados que están relacionados con el asalto de mayo del 2000
El responsable militar de los Grapo, Marcos Martín Ponce, acusó a su ex compañero y dirigente de la organización Fernando Silva Sande de ser el responsable directo de la muerte de los dos vigilantes de seguridad durante el atraco a un furgón blindado en Vigo el 8 de mayo del 2000.
Marcos Ponce realizó esta acusación durante la primera jornada del juicio que ayer comenzó en la Audiencia Nacional, en el que se acusa a siete miembros de esta organización terrorista de haber tenido alguna relación con dicha acción violenta. Tras poner tres cargas explosivas al paso del blindado por la carretera Provincial, en la intersección con la Tercera Travesía, dispararon contra los vigilantes que iban en su interior, matando a Gonzalo Torres y Jesús Sobral, e hiriendo a Manuel Espada. Ante la llegada de un segundo blindado, huyeron en un vehículo.
A preguntas del fiscal, Ponce aseguró que Silva Sande manifestó durante las reuniones que tuvieron para la preparación del atraco que estas acciones no habían salido bien en otras ocasiones porque se había dejado salir con vida a los vigilantes. «Hay que matarlos», afirma que repitió días antes del atraco. Además, resaltó que los asesinatos «son prácticamente obra suya». Y añadió: «En las siguientes reuniones se vanagloriaba de haber disparado a los vigilantes, presumía de ser un cowboy al que le gustaba agujerear a los guardias. Si le hubiéramos dejado, hubiera matado al tercer vigilante».
Asimismo, señaló que Silva Sande era el jefe del comité militar de los Grapo, que tomaba todas las decisiones: «Decía que era el único que tenía experiencia militar, y por eso imponía sus decisiones. Los jefes de los comandos hubieran propuesto otro tipo de preparativos, pero el único voto válido era el suyo».
En el primer día de juicio, el tribunal, presidido por el magistrado Alfonso Guevara, tomó declaración a los siete acusados. De ellos, tanto Martín Ponce, imputado por preparar y cometer el asalto, como Israel Torralba -que alquiló el piso donde se alojaron, efectuó seguimientos a los furgones de Prosegur y participó en la acción- y Mónica Refojos, también acusada de participar en el atraco, señalaron a Silva Sande como el responsable de la organización que tomaba las decisiones.
Sin embargo, este rechazó su participación en el atraco al furgón, pues dijo que no ha estado nunca en Vigo, y también negó que él tomara la decisión de llevarlo a cabo: «Tenía conocimiento de que iban a efectuar esta acción, pero mi opinión no tenía ninguna relevancia. Se trató varias veces el asunto en la comisión política de la que yo formaba parte, pero no hice ningún informe ni tomé ninguna decisión». Es más, Silva Sande, que estuvo en todo momento separado de sus ex compañeros y custodiado por dos agentes por haber colaborado con la policía, negó que conociera a los que participaron en dicha acción violenta.
También fue llamativa la declaración de Manuel Pérez Martínez, secretario general del PCE-r y conocido como camarada Arenas, pues negó que tuviera relación con los Grapo y dijo que solo conocía a Silva Sande de haber coincidido dos veces en la cárcel. Sin embargo, no se ahorró ningún calificativo despectivo a la hora de describirlo.
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