Más del 70 por ciento de los vigilantes que trabajaban en la empresa
de seguridad en el centro de medidas judiciales Nivaria durante los días
en que falleció el menor de 16 años Philipp García Zoch carecían de la
preceptiva autorización del Ministerio del Interior para ejercer tal
actividad. Así lo afirmó ayer una testigo, la entonces inspectora jefa
del Grupo de Seguridad Privada de la Policía Nacional, que realizó la
inspección a los empleados. Dicha funcionaria comentó que, de 25
empleados de Seguridad Integral Canaria, 18 carecían de diploma de una
academia privada o bien no habían superado las pruebas establecidas al
efecto por el Gobierno. A preguntas del abogado de la empresa, la
inspectora afirmó que, ante tal irregularidad, los agentes de su grupo
elaboraron los informes oportunos y los remitieron a la Delegación del
Gobierno, aunque a la agente no le consta si dicha sociedad finalmente
fue sancionada o no.
Antecedentes
.- Otro de los testigos que prestaron declaración ayer, y que en el
momento de los hechos trabajaba como educador, manifestó que "quizás"
uno de los principales acusados en este proceso, M.D.A., carecía de la
formación o la capacitación oportuna para ejercer la labor de vigilante.
Ese procesado aseguró en la primera sesión del juicio que, cuando
mantuvo una entrevista para ser contratado, recordó que tenía
antecedentes policiales, aunque, supuestamente, eso no fue obstáculo
para que le dieran trabajo. Respecto a dicho acusado, también reconoció
que estuvo tres años en prisión en una cárcel de Ecuador por un delito
de tráfico de drogas, pues lo acusaron de transportar estupefaciente, lo
que se conoce como "mula".
Grilletes
.- Uno de los testigos también aseguró que el uso de grilletes era
habitual para frenar los comportamientos agresivos de los internos. Y si
la media de tiempo en que los menores estaban con las esposas era de 15
o 20 minutos para calmarlos, en un parte consta que Philipp llegó a
estar más de dos horas con los grilletes puestos. Una médico del centro
aseguró por videoconferencia que llegó a realizar siete partes por
lesiones a Philipp y, según sus anotaciones, una vez el testimonio del
menor sobre el origen de las mismas no coincidió con su apreciación.
Punzón
.- Un miembro de la Policía Judicial de la Guardia Civil que hizo la
inspección ocular del cadáver comentó que uno de los detalles que más
llamaron su atención fue que, bajo el muslo izquierdo del chico, estaba
el mango de un cepillo de dientes cortado y dicho objeto podía ser usado
como un punzón.
Psiquiatra infantil
.- Ayer también declaró el psiquiatra infantil que atendió a Philipp
desde que tuvo ocho años y comentó que el adolescente podía haber tenido
un buen futuro, aunque no accedió a los recursos adecuados, pues
requería el trabajo de un equipo multidisciplinar, con especialistas en
atención social, terapéutica, farmacológica, de orientación familiar e
institucional. Pero, advirtió de que esa iniciativa hubiese sido muy
cara. Este profesional reconoció que el chico pasaba por "periodos
destructivos", pero que, desde su punto de vista, "no sufría ningún
riesgo de suicidio" y matizó que lo vio pocos días antes del trágico
suceso. Respecto a los antecedentes de intentar acabar con su vida,
relató que lo hacía para llamar la atención. El psiquiatra indicó que,
una vez, cuando le preguntó por el origen de unos hematomas, el chico le
respondió que eran consecuencia de la "dinámica del centro".
FUENTE: http://eldia.es/2012-09-28/SOCIEDAD/2-mayoria-vigilantes-Nivaria-tenia-autorizacion-Interior.htm
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