domingo, 11 de noviembre de 2012

Madrid Arena, balones fuera


Nadie duda de que alguien debe pagar por la tragedia del Madrid Arena, máxime tras constatarse ya innumerables irregularidades ¿Pero quién? Los principales actores de esta tragedia toman posiciones con vistas a un proceso judicial que se presume larguísimo y complicado, y en el que la primera estrategia es negar hasta la más mínima responsabilidad, el más mínimo error. Balones fuera y a esperar.
El Ayuntamiento
La defensa del Ayuntamiento de Madrid es clara: culpar de todo a DivierTT, la empresa organizadora del evento. Es más, ha anunciado que demandará a la firma de Miguel Ángel Flores por «mentir» sobre el aforo, cuya capacidad, según el atestado policial, se «sobrepasó sobradamente».
Pero esta estrategia tiene puntos débiles. El Consistorio, según la investigación, hizo dejación de su responsabilidad para saber cuánta gente había. Pudo haber enviado inspectores al recinto y no lo hizo. Tampoco se molestó en comprobar que DivierTT no respetó la división interna del aforo, 10.600 personas, pero repartidas en tres compartimientos estancos.
El Ayuntamiento, además, sabía desde 2010 que el Madrid Arena tenía importantes deficiencias de seguridad de acuerdo a la actual legislación, aunque no constituyeran una ilegalidad.
Policía Municipal
La Policía Municipal arguye que no tenía responsabilidad en la seguridad interior del Madrid Arena y recuerda que en el exterior no hubo incidentes. El Ayuntamiento solo desplegó 15 agentes para un supuesto aforo de casi 10.000 personas, pero esa misma noche envió 42 policías a controlar a los 6.000 fans que esperaban a sus ídolos de 'One Direction' en el programa de televisión 'El Hormiguero'.
DivierTT
La firma organizadora carga contra todos y no asume un solo error. Recuerda que Madrid Arena es una instalación municipal y, en consecuencia, es responsabilidad del Ayuntamiento garantizar que reúne las condiciones técnicas y de seguridad. Además, arguye que la Delegación del Gobierno y el Consistorio dieron el visto bueno al protocolo de seguridad, que la «seguridad integral» del recinto era asunto de Seguriber, que su personal contratado, 63 personas, no podía legalmente dedicarse al control de entrada al recinto y que los municipales no controlaron la entrada masiva de gente.
Pero su versión presenta lagunas. Y la primera, muy grande. Los indicios apuntan a que la empresa vendió muchísimas más entradas de las 9.650 que ha declarado. El número aún se desconoce, pero puede ser el doble.
Seguriber
La empresa de seguridad sostiene que el Ayuntamiento le contrató solo para la seguridad «perimetral» del recinto, no de las puertas. Afirma que desplegó en el exterior 33 agentes, cinco en el interior para garantizar que las salidas de emergencias estaban expeditas, y un controlador general. Niega con rotundidad que tuviera competencia alguna en el interior del Madrid Arena, como afirma DivierTT. Sin embargo, la seguridad perimetral no evitó ni la entrada masiva de gente sin tickets, que fue lo que al parecer causó la avalancha, ni la introducción en el recinto de materiales peligrosos como bengalas. Solo agentes privados pueden vigilar el lugar en el que se realizaba la «requisa de acceso» porque solo los vigilantes están autorizados a pedir que los asistentes abran sus mochilas y bolsos. El contrato que suscribió el Ayuntamiento con DivierTT, además, deja claro que la seguridad, sin especificar si interior, exterior o perimetral, del recinto debía correr a cargo de la «empresa adjudicataria». Esto es, Seguriber.
Administración central
Por ahora ha permanecido al margen de la polémica, pero tenía competencias en la fiesta, y por partida doble. La Unidad Central de Seguridad Privada del Cuerpo Nacional de Policía no puso pegas al plan de seguridad que presentó DivierTT 72 horas antes de la fiesta.

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